sábado, 10 de julio de 2010

De olvido

De olvido, es un bar de Getafe con una estética chill out, tiene una terraza con sillas de mimbre y cojines, carmas con cortinas blancas, y está iluminado por antorchas. Es un sitio "pijo" así que no es que vayamos asiduamente.

Una de las atracciones del lugar, además de cócktailes y estatuas de buda, es un señor que tiene un rincón donde echa las cartas y realiza videncia. Mi amiga Ana estaba interesada en que le consultáramos, así que nos animamos algunos.

Siempre me he interesado por estos temas, tengo mi propia baraja del tarot aunque no la uso demasiado, de hecho, podría hacer alguna tirada pero ciertamente no me considero tarotista. El vidente tenía una baraja hecha por él mismo, muy curiosa. Además en un cuenco tenía mariposas, y en medio de la mesa un carrusel con mariposas colgantes.

Yo pienso que si que nos acertó en esencia, por lo que nos dijo a cada uno, sin conocernos. Como es lógico no voy a comentar nada sobre lo que le dijo a mis amigos (aunque es mucho más jugoso que lo que me dijo a mi).

A mi me dijo que soy una aries poco atípica, y es cierto, soy la sensata, y la responsable y me cuesta soltarme y aventurarme, me cuesta arriesgarme y a veces abuso de lo seguro. Así que no me extrañó. Me dijo que estoy demasiado obsesionada con el tema laboral y que dejo de lados el resto de aspectos de la vida,  y que aunque es lógico, debería fomentar otros ámbitos porque una cosa no quita la otra. Me dijo que mi ideal de hombre no existe, pero que no es en un sentido físico sino espiritual. Consecuencia de mi pasado, estoy cerrada en banda con respecto al amor y exigo un alto peaje.
Me dijo que en torno al otoño empezaría a abrirme más a estos temas banales (y claro mi mente lógica pensó ¿será que para entonces tenga un trabajo mejor?). Para acabar, me dijo que un hombre me regalaría una rosa y que debía hablar con él. De momento no ha pasado, y tampoco es que espere que pase. Además después de decir esto se produjo el consabido cachondeo con mis amigos. Y esa noche cada vez que pasaba un chino vendiendo flores me hacían gestos.
Lo más curioso de esto fue, que el vidente me regaló un buda y me recomendó varios libros.

Como digo con mis amigos fue más interesante, uno de ellos, tiró el carrusel y la vela y desde entonces está diciendo que se le ha cumplido parte de lo que le dijo. Mi amiga Ana dice haber encontrado al hombre que el vidente la describió y yo me lamento de no haberle preguntado por el tema laboral.