miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Derecho a ser mujer y madre trabajadora.


Estoy tan absolutamente indignada, que cuando ayer salí por la puerta de la empresa Transportes Sixto, S.A. tuve muy claro que podría a disposición de quien quisiera  mi experiencia. Esto es una simple opinión, y no busco perjudicar a una empresa, lo que busco es ayudar a cualquier trabajador que busque información de esta empresa, por que yo busqué y rebusqué pero no encontré nada. Y aún así mi instinto no me falló, de mi experiencia extraigo que no es un sitio donde alguien pueda sentirse cómodo, salvo que comulgues con sus ideas.

El viernes tuve una entrevista de trabajo, después de haber enviado dos currículums a esta empresa. El primero fue en finales de septiembre o principios de octubre, pero no me contestaron y el siguiente currículum lo remití la semana pasada. La misma oferta se publicó dos veces en fechas distintas: 10 de septiembre y 16 de noviembre.

El gerente de la empresa, que fui quien me entrevistó en primer lugar, me pareció correcto e incluso amable. Y salí francamente contenta por que económicamente salía favorecida. Pero según iba transcurriendo el fin de semana, había un algo que no me encajaba. Llamémosle intuición o ese sexto sentido que tenemos las mujeres.

Primero, me pareció raro el interés que mostró por mi, casi parecía intentar convencerme de que aceptara la propuesta de trabajo. Incluso, y después de saber, que mi empresa es pequeña me dijo que había oído que con la aprobación de la tasa muchos despachos de abogados pequeños iban a cerrar. Decía que mucha gente que había entrevistado le parecía bien la oferta in situ, pero que luego iban a sus casas y lo hablaban con sus maridos y cambian de opinión. –Cuanto significado está teniendo cada frase a posteriori–.

El puesto era para cubrir una baja por maternidad y supuestamente con vistas a continuar después en la empresa. Me habló maravillas de la empresa, que era estupenda, que se trabajaba genial, muy buen ambiente. Me pagaban el colegio de abogados y podía hasta echar gasolina un poco más barato. En fin parecía algo que aunque no se pueda decir que sea un sueldazo, no está del todo mal. Aunque la jornada laboral era de 47,5 h semanales. De 8 de la mañana a 7 de la tarde con 1 hora y  media para comer, de lunes a viernes y verano. Por eso digo que ganaba en principio un poco más, pero trabajaba cerca de 600 horas más al año.

Otra cosa que me mosqueaba era que la abogada no estuviera presente, para ser alguien con quien iba a trabajar directamente. Me dijo que ni siquiera sabían que iba a hacer ella por que “las mujeres cuando estáis solteras sois muy profesionales y os volcáis en el trabajo, pero cuando tenéis un hijos vuestras prioridades de reorientan”. Así que era francamente raro, que si la relación era buena, no supieran si ella iba a dejar de trabajar o a solicitar reducción de jornada o continuar tal cual. Y a este punto, traigo lo que ya he comentado, que desde septiembre buscaban abogado, y es cuanto menos sorprendente, que en los tiempos tan difíciles que vivimos nadie hubiera aceptado el puesto.

El lunes me llamó  el gerente para realizar una entrevista con el Jefe de la empresa.

Llegué con muchas dudas, por que como digo había algo que no me gustaba. Y gracias a Dios lo descubrí a tiempo.

Empezamos la entrevista, este señor fue bastante hostil desde el principio. Me dijo que él necesitaba un abogado de que le defendiera, por que iba a echar a varias personas. Me dijo, que los trabajadores cuando llevan más de dos años en un puesto dejan de trabajar.  Y con palabras textuales me dijo “en esta empresa hay gente que no se merece trabajar”.

Su forma de dirigirse a mi es como si estuviera hablando con una tonta, dentro del contexto me decía cosas como "¿sabes que hay gente que mata?" a lo que yo respondí "como gente que no paga". o ¿Sabes que es un concurso de acreedores?. Pues si, no solamente por que en mi trabajo los llevemos, sino que es algo que cuando acabé la carrera ya sabía.

Y voy a la parte, más desagradable y que más me indignó. Es cierto, que las mujeres tenemos que soportar que nos pregunten si estamos casadas y si tenemos hijos o los vamos a tener.

Hoy me decía una amiga que a ella siempre le hacen esa pregunta, y que alguna vez se ha planteado decir que es estéril o bollera.

Estar en edad de concebir dede de incapacitarnos según parece. En mi caso, tengo novia, si, con el que no vivo aun, aunque me iré a vivir con él dentro de unos meses. No sé si me casaré, pero quiero tener hijos con mi pareja y un perro para más exactitud. Asumí la pregunta y respondí que no tengo hijos, que no estoy casa y que no tengo intención de tenerlos a corto o medio plazo.

Me dijo que mi vida no le importaba, todo esto con un tono bastante chulesco, que debe ser su forma de hablar habitual. Me dijo, que igual me preguntaba que por qué me formulaba estas preguntas. Yo a estas alturas estaba ya que echaba humo, y le dije “¿por qué?” con cierta ironía. Me respondió, “siendo abogada deberías saberlo”. Le dije que me lo imaginaba, pero quería que me lo dijera. Me contestó, “esta chica que tenemos ahora, lleva con nosotros seis años trabajando, y puede ahora ser madre y darse de baja. Pero no queremos a alguien que pretenda quedarse embarazada dentro de tres meses. Si nos mientes es peor para ti”.
“¿Qué harías tu?”. No le contesté, pero le dije “La persona para la que actualmente trabajo, se vio en esa misma situación con su actual secretaria. Ella se quedó embarazada a los tres o cuatro meses de empezar a trabajar, y hoy sigue con él”. Su respuesta fue “No es lo mismo”. Desde luego.

Y hasta aquí, querido lector llegó mi paciencia. Le dije “Mire, creo que aquí termina esta entrevista, la verdad es que me he dado cuenta que no quiero trabajar en esta empresa”. Siempre muy educada, le di la mano al gerente que me había entrevistado la semana pasada, y a este señor al que he tenido que conocer, dejando claro que ha sido un encuentro muy desagradable.

Creo que nunca he estado más orgullosa de mi en toda mi vida.

Me parece un despropósito todo esto. Y creo que hay personas, que no se merecen ni nacer, por que eso es un insulto para todas las mujeres. Creo que una mujer puede hacer muy bien su trabajo y ser madres a la vez. Comprendo que haya hombres que no lo entiendan, pero no por ello lo debo soportar. 

Y como decía hoy una amiga mía ¿quién va a parir a los españoles que van a pagar nuestras pensiones?
 

También creo que los trabajadores dan más por una empresa, cuando la empresa no los considera un enemigo, como sucede en este caso. Un trabajador, que recibe un trato hostil suelen ir a su puesto simplemente a cumplir. Un trabajador, que se siente parte de su empresa, se deslomará por la misma. Aunque lógicamente en la viña del señor hay de todo.

Para acabar, os voy a copiar literalmente una noticia de la página web de CC.OO.: http://www.fsc.ccoo.es/webfscmadrid/menu.do?Sectores:Carretera:Actualidad:298311


“martes 7 de febrero de 2012
CCOO gana las elecciones en la empresa Grúas y Transportes Sixto
07.02.2012.- CCOO ha conseguido tres representantes sindicales de la totalidad que se elegían en la empresa Grúas y Transportes Sixto, en las elecciones celebradas el 3 de enero.

Cartel EESS del Sector.
La empresa Grúas y Transportes Sixto del Sector de Carretera de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Madrid, cuenta con una plantilla de 34 personas, 30 hombres y 4 mujeres, y la participación en las elecciones fue del 50%.”

¿Que curioso, no?

2 comentarios:

  1. Estuviste sembrada en el momento que le dijiste que ya no te interesaba trabajar en ese empresa...Ole tú !!

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