¿el momento preciso?

Siempre he sido una firme defensora de aquello de todo llega en su justo momento. Por mucho que nos empeñemos en retrasar o adelantar acontecimientos, llegan cuando tienen que llegar las cosas ¿o no?

He conocido a alguien que ha llegado en un momento un poco extraño. Yo, si me hubiesen dicho hace tres meses que me atraería tantísimo no lo habría creído, me habría reído.  Sobre todo de haber tenido toda la información que tengo ahora, habría dicho que es imposible que yo nunca participaría en algo así.

Pero así es la vida o el destino que hace de nosotros lo que quiere.

Cuando estoy con él creo que me relajo al máximo, él dice que yo tengo el mismo efecto en su persona (bueno,  él no sabe que ambos tenemos ese efecto para el otro). A veces me siento la prota de una novela romántica por la intensidad de atracción y por lo difícil que es que esto llegue a ninguna parte. Por creo que sería la prota de una novela de Virginia Henley, un amor totalmente imposible.

Quiero ir haciéndome a la idea de que esto terminará de un modo u otro, por eso atesoro distintos momentos. Cuando la semana pasada me acarició la mejilla con los nudillos o como hoy yo, aprovechando que me ha cogido la mano para vacilarme un poquito y se ha intentado autoagredir con mi manita, he aprovechado para acariciarle su mejilla áspera.... no sé si se ha dado cuenta, pero madre mía ¡creía que se me paraba el corazón!

Sé que debo dejar pasar esta historia, mis amigos que en nada se ponen de acuerdo me animan esta vez para que me lo quite de la cabeza,...pero yo no puedo. Y él alimenta mis sentimientos cuando me dice "que estaba viendo tal y ha pensado en mi" o cuando me dice "te queda muy bien esa camisa (la de las entrevistas)". Y yo me cayo, y pienso que ojalá pudiera decirle y a ti la tuya.

O como el viernes pasado, cuando me dijo que si me gustaban los chicos con camisa a propósito de mi observación sobre su atuendo para los días de examen, y yo hubiese gritado. ¡Me gustas con lo que lleves puesto!

Y luego vienen momentos difíciles, donde nos miramos a los ojos...sin más, cuando le pillo mirándome, cuando él me pilla mirándole. Cuando me bajo del coche y espero como esta noche, espero que él se lance aunque sea un error, y me estreche entre sus brazos. Cuando me voy a dormir y sueño como ayer que me besa... en esos momentos me río de todos mis prejuicios, de todas esas cosas que le digo a mis amigos que no van a pasar, cuando sé que si por una casualidad de la vida, por una fisura en nuestras defensas él alargara sus brazos hacia mi yo caería en ellos...y entonces no pasa nada, simplemente nos miramos, nos decimos adiós y nos vamos.

y sin embargo no puede ser. Por eso me pregunto, porque narices nos hemos encontrado en este momento y no en otro, ¿para lamentarnos después?