miércoles, 2 de junio de 2010

Empecé a trabajar

Tal y como prometí he empezado a trabajar. Seguro que no me veis del todo animada, al final los de los Seguros no me han seleccionado y he acabado en aquello en lo que me he afanado tanto por evitar: un despacho de abogados.

Hice la entrevista el jueves pasado, que por otro lado fue uno de esos días que piensas ¿puede irme peor? y tienes la confirmación en un par de segundos. La expresión "puede irme peor" a veces funciona como un sortilegio, como si fueran palabras mágicas que provocan una respuestas del cosmo, el karma o lo que leches sea.

Me vestí de punta en blanco el jueves, elegí unos zapatos que tengo de tacón preciosos y que apenas me he puesto, unos pantalones de vestir negros y una blusa muy bonita que me regalaron mis amigos y a la que llamo "la camisa de las entrevistas". Iba super mona yo a mi entrevista, cuando estaba yo bajando de las escaleras mecánicas para dirigirme al metro noto que mi pie derecho se desequilibra y que hace un sonido metálico. Un sudor frío me embargo, porque seguro que cualquiera de las que me leéis si usais tacones sabéis tan bien como lo supe yo que acababa de perder la tapa del tacón. Me puse terriblemente nerviosa, me entró el pánico. ¿que hacía ahora?

Respiré y seguí andando, no podía pararme en ese momento, tenía que ir a la entrevista y pensé que aunque iba a ser incómodo, no pasaba nada intentaría no pisar del todo con ese pie. Me monté en el metro.
Todo el trayecto de pie hasta que me bajé, subí el sinfin de escaleras cuando la otra tapa me hizo una jugarreta se rompió. No puedo explicar que pasó, esos zapatos me los compré hace dos años en rebajas, muy de vestir negros de charol. Y me los puse una sola vez. No me dio tiempo a gastar las tapas, de hecho las miré antes de ponérmelos por si estaban desgastadas. Y en efecto no lo estaban ¿se habrçía podrido las tapas?

Fue en ese momento cuando casi grité "¡pero me puede ir peor!" Afortunadamente para mi, en el despacho nadie notó que caminaba sobre hierros, el suelo es de parqué y mitigó el chirriante sonido. Además, apenas andé 10 metros hasta una salita, y eso ayudó.

En relación al trabajo en si, pues como he dicho no es que sea un pedazo de curro. Primero aunque no lo creáis no sé ni cuanto voy a cobrar. Espero cobrar algo, pero vamos la "voluntad". El primer día me pusieron a trabajar como gestor de cobros y no me gustó nada. ¿me habían cogido para llamar a la gente y decirle que debía dinero a tal empresa?. Yo desde el principio entendí que iba a estar de pasante. Así que durante dos dias he estado haciendo eso, y bueno, esta misma mañana. Sin embargo, mi jefe hoy me ha llamado y me ha dicho que el viernes tengo que trabajar con unas providencias que van a ir llegando. Así que podré dejar de hacer de teleoperadora.

Es curioso como me he esforzado por no acabar en un despacho y como estoy en uno sin remedio. No obstante, mi madre está contentísima no hace más que decirme "igual dentro de dos meses te hace un contrato y te paga 1.000 euros" y yo pensando, -"si madre, antes de que pase eso, procurará haberme explotado bien". En cualquier caso, seguiré echando curriculums a la espera de encontrar un trabajo en el que me paguen y a la vez tenga derechos.

2 comentarios:

  1. Hola Nat! Como dice el refrán, nunca digas de este agua no beberé, porque quién sabe si no acabarás bebiendo litros y litros de ese agua... Míralo por el lado positivo: tienes un trabajo del que sacarás cosas buenas, al menos la experiencia en sí de trabajar allí. Y quién sabe, tal vez cualquier día de estos te aparezca el trabajo de tus sueños...

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  2. Bueno nena...mientras que no salga otra cosa mejor...a aguantar pero no te dejes explotar mucho eh? que no se pasen ni un pelo.
    Espero que sigan dandote funciones de lo tuyo en la empresa, así al menos no será tiempo perdido.

    un saludo.

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