Esta semana ha sido movidita en cuanto a novedades sobre las prácticas que tengo que realizar.
El martes María Lidón sacó la lista y resulta que me encuentro entre las personas a las que no se les ha adjudicado plaza. Me quedé alucinada y sin enternder muy bien, como es que había alguien que me ganaba a créditos. Pues no era eso, es que la buena señora perdió la hoja de las preferencias. Para arreglarlo, me mandó al Tribunal Económico de Móstoles.
Mandé el e-mail al profesor Pablo Chico inmediatamente, y me llamó a las nueve menos cuarto para concertar la entrevista, que fue ayer.
Salí de casa y cogí el autobús me bajé en Fuenlabrada y cogí el metrosur hasta la parada "Universidad Rey Juan Carlos". Ocho paradas en total.
Después salí y subí una pedazo de cuesta, y nada más verla casi me eché a temblar. Zapatos nuevos, pensé. La subí tranquilamente por que iba bien de hora, y además hay bancos así que te puedes ir sentando si te cansas. Yo no lo hice. Pantalón nuevo negro, volví a pensar. Después me encuentro con una rotonda bastante grande, y tengo que rodear hasta la tercera salida, lugar donde se encuentra mi destino: el tribunal.
EL Tribunal Económico consta de un piso, no es gran cosa, pero bueno, si me cogen ponerlo en el curriculum le dará algo de pretigio.
Al tiempo que llegaba yo, entraba otra chica que también tenía entrevista. Iba vestida con vaqueros asi que un poco mis pies se resintieron, pero creo que al final causé mejor imagen yo. Tal vez ayudó que a la pregunta de "¿porqué habéis escogido el tribunal?" la muchacha sinceramente explicara "es que me pillaba más cerca que otras cosas". Hombre tampoco seamos hipóciras, el criterio de la cercanía tira mucho. Pero yo no elegí, me tocó aguantar lo que me dieron.
En fin, aunque no estoy segura de que me vaya a servir de mucho, y aunque tengo intención de hacer alguna cosa más de las que ellos nos propusieron, lo importante, lo que me motivará es que ayer mismo me enteré de que finalmente podré presentarme en Enero. Es decir que el Enero seré Licenciada en Derecho con todas las letras. Así que cualquier sacrificio deberá ser poco.
28 dias que voy a ir pensaré que las piernas me tiemblan de pensar que tengo que subir semejante cuesta (sobre todo cuando llueva), 28 días pensaré que me aburro. pero 28 dias pensaré que día a día me acerco a mi objetivo. Por todas estas razones ¡espero que me elijan!
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